domingo, 17 de mayo de 2009

EL JUEZ INVESTIGA EL SUPUESTO USO DE FONDOS PÚBLICOS EN EL CASO DEL ESPIONAJE

Los escándalos que afectan al PP

El titular del Juzgado número 5 de Madrid abre diligencias por supuesta "malversación de caudales públicos" por los seguimientos a dirigentes del PP

FRANCISCO MERCADO - Madrid

El Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid ha incoado diligencias previas por "un presunto delito de malversación de fondos públicos". Es la respuesta judicial a la denuncia presentada por el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo (PP), número dos de Alberto Ruiz-Gallardón, el pasado 20 de febrero. Cobo denunció tras destapar EL PAÍS el espionaje supuestamente cometido por funcionarios de la Consejería de Interior de la Comunidad de Madrid en abril y mayo de 2008 contra el vicealcalde y contra Alfredo Prada, entonces consejero de Justicia y vicepresidente segundo del Gobierno de Esperanza Aguirre. El juez investigará también el seguimiento a Prada, quien presentó denuncia ante la fiscalía.

Espionaje político en la Comunidad de Madrid
A FONDO

Con su decisión de abrir diligencias por un supuesto delito de malversación de caudales públicos, el juez no sólo da paso a una investigación en toda regla sobre el espionaje a ambos políticos, sino que pone el foco de la sospecha en la posible procedencia pública de los fondos que sustentaron dicha actividad y su supuesta vinculación con la Comunidad de Madrid.

Los seguimientos a Cobo y Prada se desarrollaron en los meses previos al congreso del PP en Valencia de junio de 2008. En dicho congreso, la presidenta madrileña amagó con disputar a Mariano Rajoy el timón del PP. Ambos espiados, Cobo y Prada, son afines a Rajoy y contrarios a Aguirre. Prada fue apartado del Gobierno de Madrid y ahora es responsable del PP en el exterior.

Hay un segundo frente de la justicia en el caso del espionaje: el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Manuel Moix. A lo largo de cinco meses ha impulsado una discreta investigación policial -tan sigilosa que ha sido malinterpretada como pasividad-, tras recibir las denuncias de Prada y de Cobo (quien luego acudió a los juzgados).

Moix, con una unidad de élite policial a sus órdenes, ha acumulado medio millar de folios de pesquisas. Lejos de pedir el archivo de la causa por no hallar verosímil o delictivo lo denunciado, lo ha indagado a fondo y ahora ha incorporado sus actuaciones al Juzgado número 5 de Madrid, dada la conexión de ambas causas. En estos meses de investigación policial han sido interrogados diversos funcionarios de la Consejería de Interior señalados como los presuntos autores materiales del espionaje. Todos lo han negado.

Como no es el espionaje en sí el delito de la causa actual, sino su financiación, el papel de los posibles ejecutores de los seguimientos no acarrearía, salvo sorpresa, problema legal. Ahora bien, si a lo largo del proceso que ahora se abre por supuesta malversación de fondos públicos se demostrase que esos ejecutores han mentido, su situación penal se agravaría. Y podrían incurrir en delito por su supuesta labor obstructiva. El abanico de minas es amplio: que el juez compruebe que sí recabaron unas matrículas que no tenían por qué identificar y que investigaron un día sí y otro también para saber quiénes eran interlocutores de Prada; que, en contra de su versión inicial, sí estuviesen en los escenarios donde fueron espiados Prada o Cobo; que documentación interna de la consejería acredite unos desplazamientos o gastos de tales funcionarios sólo explicables en función de tales actividades ilegales; o el relato como testigo protegido de otros funcionarios.

Y, por último, que se realice, como se prevé, un cotejo pericial de la grafía de los 35 partes de seguimiento con la letra de la media docena de funcionarios de la Consejería de Interior sospechosos de haber participado en el espionaje a cargos públicos. No en vano, la policía ya tiene en su poder los partes originales, imprescindibles para hacer una pericial caligráfica.

ELPAÍS.COM

BOSCH DEMANDA AL AYUNTAMIENTO DE BOADILLA POR SU DESTITUCIÓN TRAS SER IMPUTADO EN LA GÜRTEL




El diputado popular quiere hacer caja también con su despido

Es el colmo de la caradura. El diputado popular Alfonso Bosch Tejedor, que fue destituido como gerente de la Empresa Muncipal de la Vivienda tras ser imputado por varios delitos de cohecho y tráfico de influencias, pretende ahora que el Ayuntamiento le indemnice por despido improcedente. Según la demanda presentada a la que ha tenido acceso la Cadena SER, este aforado madrileño que figura como imputado en la trama Gürtel, pide la mediación de la Comunidad de Madrid para que se le restituya en su puesto de trabajo o, en su defecto, que se le indemnice. De ser considerado un despido improcedente, en total podría cobrar 43.000 euros de indemnización.

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La reclamación, según explica la cadena de Prisa, fue presentada hace dos semanas ante la Dirección General de Trabajo de la Comunidad de Madrid. El acto de conciliación tendrá lugar el próximo lunes.

Más de 5.000 euros mensuales
El diputado pide también que se le pague el salario no percibido en este tiempo. La demanda ha servido además para saber que cobraba del erario público nada más ni nada menos que 5.123,98 euros brutos mensuales.

Objetivo, sacar tajada
En su momento, cuando el alcalde de Boadilla del Monte, epicentro de la trama corrupta, le reclamó que dimitiera de su puesto en el municipio, Bosch Tejedor se negó según confirmaron a El Plural fuentes conocedoras del asunto. Su intención era ser despedido con el fin de cobrar una indemnización.

Nombrado a dedo por El Albondiguilla
Alfonso Bosch fue nombrado a dedo por el anterior alcalde, Arturo González Panero, también imputado en la trama Gürtel, en sustitución del también imputado Tomás Martín Morales, conocido hasta entonces como el acalde en la sombra de Boadilla. Este último se fue a Arganda, otro de los municipios madrileños implicados en la red Correa. La cercanía entre Bosch y Panero, más conocido como El Albondiguilla era tal que le hizo Secretario General del PP local en diciembre de 2008 y aspiraba a sustituirle como alcalde en las próximas elecciones municipales.

250.000 euros de la trama
Alfonso Bosch fue el primer aforado madrileño en ser imputado por el juez Baltasar Garzón. Según el auto del magistrado, durante su etapa como gerente de la Sociedad Municipal de Suelo y Vivienda de Boadilla, se llevó supuestamente de la red de Correa al menos 250.562 euros por facilitar determinadas operaciones. En una de las conversaciones que forman parte del sumario se le define como uno de los "malos".

Suspendido en el PP pero sigue de diputado
Pese a haber sido destituido de sus cargos públicos y suspendido de militancia en el PP de Madrid, Bosch sigue conservando su puesto como diputado regional en la Comunidad de Madrid.

Medió en el bodorrio de la hija de Aznar
Fue un hombre muy cercano a Aznar cuando era presidente del Gobierno. El pasado 28 de abril, el diario El País publicó una carta en la que se demuestra que Alfonso Bosch, que era entonces segundo teniente alcalde de El Escorial, participó en la organización del bodorrio entre Ana Aznar y Alejandro Agag, celebrada en aquella localidad en 2002. La misiva está dirigida al que fuera secretario personal del ex presidente José María Aznar, Antonio Cámara Eguinoa -quien trabajó para Correa posteriormente-, y de ella se deduce que se utilizaron medios públicos –Comunidad y ayuntamientos de Madrid y El Escorial- y Gobierno central para celebrar el enlace.

Elecciones 2003
Bosch formó parte en las elecciones de 2003 del Comité Electoral de Génova que organizaba los actos del partido.

ELPLURAL.COM

INDICIOS DE UN SUPUESTO COHECHO

REPORTAJE: Los escándalos que afectan al PP

Grabaciones y facturas sustentan la investigación a Camps

JOSÉ ANTONIO HERNÁNDEZ - Madrid

Francisco Correa era un empresario con muchos contactos. Sus años de organizador de eventos para el PP de José María Aznar le habían regalado amigos en los confines más poderosos del partido. Correa llegó a ser uno de los testigos con frac en la boda de la hija de Aznar. Con esas conexiones era fácil hacer negocios: en muchos casos los amigos manejaban presupuestos multimillonarios y en otros mandaban sobre quienes tenían la caja del dinero público. ¿Quién se iba a fijar en unos pocos millones de euros en una Administración que adjudicaba cada año miles de millones?

* Papeles en un sótano

* El PP duda entre relevar a Camps o adelantar elecciones si el caso se agrava

Francisco Camps Ortiz
A FONDO

Nacimiento:
28-08-1962

Lugar:
Valencia

La llegada de Mariano Rajoy a la presidencia del PP, a finales de 2003, amenazó de muerte el negocio de Correa, que terminó perdiendo los contratos para organizar los eventos del partido. Así que en 2004 planeó su expansión a otros territorios, aunque siempre relacionados con los resortes de poder del PP. Echó raíces en la Comunidad de Madrid, gobernada por Esperanza Aguirre, y en Valencia, presidida por Francisco Camps. Fue colocando a sus hombres en empresas que se dedicaban a arañar concesiones municipales para montar oficinas públicas, pabellones de turismo o campañas de imagen. Y de aquellos negocios surgieron otros más tentadores: Correa se convirtió en intermediario para cobrar comisiones de adjudicaciones supuestamente amañadas de suelo.

Toda esa estructura empezó a desmoronarse entre los disgustos o el arrepentimiento de quienes habían sido amigos de Correa. Uno de ellos, José Luis Peñas, ex edil del PP en Majadahonda (Madrid), libró una batalla silenciosa grabando conversaciones de los jefes de la trama. Así comenzó la crónica de una corrupción masiva. Y la crónica de un supuesto cohecho: el del presidente valenciano, Francisco Camps.

- "Los trajes los pagué yo". El 15 de octubre de 2007, Isabel Jordan, directiva de Easy Concept, una de las empresas de la red, se lamenta en una conversación de las dificultades que atraviesa pese a su ingente trabajo. "Incluso he pagado", cuenta a otros miembros de la trama, "una factura de 30.000 euros de una tienda que se llama Milano para pagarle los trajes al presidente Camps. Yo tengo la factura y yo la he pagado". La grabación llegó a manos de la Fiscalía Anticorrupción.

- Consulta a la Agencia Tributaria. El 17 de junio de 2008, la Agencia Tributaria envía a Anticorrupción un informe sobre Easy Concept. Es la primera evidencia de que la frase grabada sobre los trajes para Camps tenía base: en los archivos de Hacienda figuraba un pago de Easy Concept a Milano por 34.336 euros.

- Preguntas a la tienda. A finales de año, la fiscalía pregunta a los responsables de Milano por esa factura que había declarado a Hacienda la empresa de Isabel Jordan. Los auditores de Milano no encuentran la factura por ningún lado, así que escriben a los directores de todas las tiendas preguntando por la factura. Dos de ellos identifican ese gasto con las ventas que hacía José Tomás -director de la tienda de Serrano en Madrid- a Álvaro Pérez, El Bigotes, para cargos del PP.

- "Lo que te debo". Entre diciembre de 2008 y enero de 2009, Álvaro Pérez, que ya está siendo investigado por Baltasar Garzón y tiene pinchados los teléfonos, habla en dos ocasiones con Camps. De las conversaciones se deduce una estrecha amistad. Pérez ha enviado a la familia de Camps regalos supuestamente muy cuantiosos y le comenta al presidente: "Para que sepas lo que te debo".

- Habla el sastre. En febrero, la declaración de José Tomás ante el fiscal, la policía y Garzón va haciendo encajar las piezas. Camps telefonea repetidamente a Tomás mientras éste está declarando, y ahí se produce una confusión: Tomás le tranquiliza: "No se preocupe, usted devolvió los trajes de Milano". Camps entiende que tiene coartada y la difunde; pero olvida que hay otros trajes que le sirvieron, por mediación de Pérez, desde la tienda Forever Young.

Papeles en un sótano

- El dueño de la tienda de ropa Forever Young colaboró con la justicia y un día se presentó en el juzgado con las facturas de los trajes de Francisco Camps que había encontrado en el sótano de la tienda. Esas facturas, según la documentación aportada, habían sido pagadas por tres empresas de la trama corrupta. Una de ellas, Orange Market, la dirigía Álvaro Pérez, El Bigotes, amigo íntimo de Camps.

- El Bigotes ha logrado para su empresa contratos por más de seis millones de euros en los cuatro años que lleva instalado en la Comunidad Valenciana.

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