domingo, 9 de septiembre de 2012

"CASO AYUDAS COOPERACIÓN"; EL TSJ ABRE LA INVESTIGACIÓN DEL CASO DE CORRUPCIÓN QUE IMPLICA A BLASCO


El fraude de la cooperación es el cuarto escándalo del PP en el alto tribunal

Adolf Beltran / Joaquín Ferrandis Valencia

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Se declaró competente, decidió continuar la instrucción y designó a la magistrada María Pía Calderón para llevar la causa. La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) se hizo cargo ayer de la investigación del caso que implica al actual portavoz parlamentario del PP, Rafael Blasco, por el fraude en las ayudas de la Generalitat a la cooperación al desarrollo entre 2008 y 2010, cuando él era consejero de Solidaridad y Ciudadanía.

La decisión del alto tribunal es consecuencia de la condición de aforado de Blasco, cuya imputación solicitaron la titular del juzgado de instrucción número 21 de Valencia, que instruyó el caso; el fiscal, que lo denunció ante el juzgado, y hasta la propia Generalitat, personada como acusación en un escándalo que fue denunciado a la fiscalía anticorrupción en octubre de 2010 por las diputadas Clara Tirado, del PSPV-PSOE, y Mireia Mollà, de Compromís.

Se trata de la cuarta pieza abierta en el TSJ por escándalos de corrupción que afectan al PP valenciano, dado que ya se investigan, también debido a la presencia de cargos aforados entre los implicados, tres asuntos derivados del caso Gürtel: un presunto delito electoral del PP por la financiación irregular de las campañas electorales municipal y autonómica de 2007, un supuesto delito de falsedad por la campaña de las elecciones generales de 2008 y delitos de prevaricación y cohecho en la contratación de los pabellones de la Generalitat en la feria Fitur con la empresa de la trama de corrupción Orange Market entre 2005 y 2009.

Desde el PP se apuntó ayer que la decisión del TSJ no cambia la situación de Blasco

Todavía pueden recalar en el TSJ otros dos escándalos del PP, la investigación de las comisiones ilegales obtenidas de RTVV por la trama Gürtel de la sonorización y retransmisión de la visita del Papa a Valencia en 2006 y la parte del caso Brugal que se refiere al amaño del Plan General de Ordenación Urbana de Alicante, en el que están implicados la alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo, y su predecesor, Luis Díaz Alperi, ambos diputados autonómicos del PP.

El auto del TSJCV recuerda que la juez Nieves Molina detectó en la actuación de Blasco como consejero “sólidos indicios de participación delictiva”. Blasco habría facilitado que una trama organizada saqueara fondos de las subvenciones de los proyectos de cooperación que otorgaba su propia consejería y, según la titular del juzgado número 21, habría incurrido en fraude de subvenciones, prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y falsedad documental.

La investigación judicial del fraude, una vez se hizo pública, tras una investigación preliminar de la fiscalía especial sobre las denuncias presentadas por las diputadas Tirado y Mollà, dio lugar a la detención el pasado mes de febrero de hasta 14 personas y a la imputación de un total de 26. Entre ellas, seis responsables de la consejería que gestionaba Blasco, como el que fue director general, Josep Maria Felip, o el subsecretario, Alexandre Català. Sólo permanece en prisión Augusto César Tauroni, persona relacionada con Blasco que encabezaba una trama en la que estaban involucradas fundaciones, pequeñas organizaciones no gubernamentales y empresas controladas por el propio Tauroni que manejaron ayudas por más de 6 millones.

Es evidente que la actuación de Fabra lo hace cómplice de Blasco”, dice Clara Tirado

Es indiscutible que Blasco ha tenido una participación directa en el entramado corrupto”, señala Mireia Mollà

Desde el PP se apuntó ayer que la decisión del TSJ no cambia la situación de Blasco, que formalmente todavía debe ser imputado y sigue siendo portavoz en las Cortes Valencianas, aunque en la práctica le haya sustituido “provisionalmente” Rafael Maluenda. De todas maneras, la imputación formal de Blasco es cosa de días tras la apertura de la investigación en el alto tribunal. Las diputadas que denunciaron el fraude en su momento coincidieron en criticar a Alberto Fabra por mantener a Blasco todavía y no haberle destituido.

“Es evidente que la actuación de Fabra lo hace cómplice de Blasco”, dijo la socialista Clara Tirado, que añadió: “Hay tantas razones para que Blasco se vaya a su casa como millones de euros se robaron en el fraude”. La parlamentaria sostiene que el aún portavoz del PP no sólo debe dimitir como tal sino que ha de abandonar su cargo de diputado. “Es indiscutible que Blasco ha tenido una participación directa en el entramado corrupto”, señaló a su vez Mireia Mollà, de Compromís. “Prolongar más su permanencia revela la complicidad del PP y del Gobierno de Fabra”.

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"CASO PARC CENTRAL"; 26 JUECES Y 15 AÑOS PARA CONCLUIR EL SUMARIO DE UN "PELOTAZO"


Obras de construcción del Parc Central en 1997. / JOSEP LLUÍS SELLART
Nueve políticos y empresarios imputados por unos beneficios opacos de 4,8 millones en la construcción de un centro comercial en Tarragona

Mercè Pérez Pons Tarragona

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La sombra de la corrupción sobrevuela antiguos cargos de Convergència Democràtica, además de directivos de empresas de ámbito estatal debido a un presunto pelotazo urbanístico en Tarragona hace más de 15 años por el que obtuvieron beneficios opacos de 4,8 millones de euros. Se trata del caso Parc Central, que tiene nueve imputados entre políticos y empresarios —en un principio había 11 imputados, pero en este tiempo dos personas han fallecido—. La investigación judicial se remonta a finales de la década de 1990, pero el asunto vuelve a la actualidad porque esta semana el juzgado de primera instancia número 6 de Tarragona ha finalizado la instrucción del sumario tras una década y media de indagaciones. Se trata de un sumario que abarca más de 30.000 páginas después de haber pasado por el caso hasta 26 jueces durante este largo lapso de tiempo.

El caso, que parecía estar en vía muerta, aborda la compraventa de unos terrenos donde posteriormente se construyó un gran centro comercial de la sociedad vasca Eroski, bautizado como Parc Central. En la operación, presuntamente ilegal, está imputado Àngel Fernández, exconcejal de Urbanismo y mano derecha del exalcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal (CiU). Fernández estuvo implicado en otro caso de corrupción urbanística denominado Terres Cavades, que le obligó a dimitir de su cargo municipal. Además, los tentáculos del escándalo del Parc Central alcanzan a Isidoro Prenafeta Pastor, primo de Lluís Prenafeta, que fuera secretario general de la Presidencia de la Generalitat durante los primeros mandatos de Jordi Pujol e implicado en el caso Pretoria, de corrupción urbanística junto al exconsejero de la Generalitat Macià Alavedra y el exalcalde socialista de Santa Coloma de Gramenet Bartomeu Muñoz. Isidoro Prenafeta es presidente de Tipel, una sociedad familiar dedicada al tratamiento y venta de pieles en la que trabajó como economista el actual presidente de la Generalitat, Artur Mas.

En el proceso están imputados dos altos cargos más de Tipel, los directivos Juan Carretero y José M. Vidal, además del exalcalde de Reus Miquel Colàs, último edil franquista del municipio, y Luis Valero, socio fundador de Consum.

La trama se remonta a 1991, cuando el solar donde ahora se ubica el centro comercial Parc Central fue vendido por Gas Tarraconense a la sociedad Metsport

El sumario de la juez Ainoha Sagardia —que nada más concluirlo cesó para trasladarse al País Vasco— acusa a los imputados de los delitos de prevaricación, tráfico de influencias y negociaciones prohibidas en la compraventa de un terreno y su recalificación posterior. La trama se remonta a 1991, cuando el solar donde ahora se ubica el centro comercial Parc Central fue vendido por Gas Tarraconense a la sociedad Metsport SL. La compra se cifró en 535 millones de pesetas (3,21 millones de euros) y esta empresa tenía como accionistas, entre otros, a la sociedad fantasma Tarantula Beeher, domiciliada en el paraíso fiscal de Curação, una isla de las Antillas Holandesas, y al constructor tarraconense Lluís Carbonell. Metsport vendió solo dos años después los terrenos a Erosmer Valencia, propiedad de Eroski, por un valor mucho más elevado; 1.337 millones de pesetas (8,03 millones de euros). Los beneficios de esta operación, 802 millones de pesetas, es decir, 4,8 millones de euros, supuestamente fueron desviados a cuentas en Holanda posteriormente transferidas a bancos suizos.

El rastro de esta plusvalía se perdió, pero durante el proceso se han constituido numerosas comisiones interrogatorias en estos países, además de en Liechtenstein y Andorra, lo que contribuyó a prolongar el proceso. Además, se investigaron cuantiosas donaciones que recibieron partidos políticos con representación en el Ayuntamiento de Tarragona.

La denuncia del caso Parc Central se interpuso de manera anónima. El complejo se empezó a construir en 1995 y, según consta en la instrucción del caso, fue inaugurado dos años después sin tener permiso de actividad.

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